El ácido hialurónico es una sustancia que está en nuestro cuerpo de manera natural, ya que forma parte de numerosos tejidos y se encuentra en los órganos además en los cartílagos y la piel.
A medida que envejecemos, la presencia de esta sustancia va desapareciendo cuantiosamente y es por esta razón que se ha convertido en uno de los ingredientes más importantes de la cosmética actual.
Como es un componente natural de la dermis que capta el agua y aumenta el volumen de la piel hidratándola, en cosmética se utiliza como hidratante y reconstituyente de la piel ya que ejerce en ella un efecto protector y además es excelente para el antienvejecimiento.
El ácido hialurónico, cuando se aplica sobre las capas superficiales de la piel, forma un film transparente, viscoelástico y no-oclusivo que aporta hidratación y elasticidad.
Tiene mayor capacidad de penetración en la piel. Una vez en el interior actúa reteniendo las moléculas de agua de la dermis aumentando así la hidratación, la flexibilidad y el grosor de la piel, alisándola y rellenando las arrugas desde el interior.
Por su poder hidratante y filmógeno no oclusivo, actúa en las capas más superficiales de la piel proporcionando una hidratación a largo plazo, aportándole flexibilidad y evitando las descamaciones.
Para relleno de arrugas y/o aumento de volumen con infiltraciones en labios, pómulos, etc; estimulando además la producción de colágeno en la piel.
Se encuentra disponible en tabletas, cápsulas (solo o con otros activos ) etc; con la finalidad de conseguir un efecto antiarrugas. También se han obtenido buenos resultados en tratamientos para las articulaciones con osteoartritis.
Como sustituyente del líquido sinovial que se pierde en las artroscopias, en odontología para implantes y rellenos, mejora en las artrosis de rodilla etc;
Para acelerar los tiempos de recuperación relacionados con lesiones donde hay esguinces en tobillos, rodillas etc;